sábado, 20 de agosto de 2022

La nieta de Sarmiento, Eugenia Belín

 La nieta de Sarmiento, Eugenia Belín (1860-1952), era pintora. Era hija de Faustina Sarmiento y Jules Belín, y ha sido siempre catalogada como la nieta del gran prócer. Sin embargo, esta caracterización ha invisibilizado la complejidad de su trayectoria artística. Georgina Gluzman, investigadora del Conicet, ha estudiado a esta artista, y su investigación nos ha permitido conocer más profundamente los aportes de Eugenia. El trabajo de Georgina está plasmado en su libro "Trazos invisibles. Mujeres artistas en Buenos Aires (1890-1923)", publicado en Buenos Aires en 2016 por Editorial Biblos.

A diferencia de otras artistas de su generación, como Julia Wernicke o María Obligado, Eugenia Belín Sarmiento tuvo su formación inicial con Procesa Sarmiento de Lenoir (1818-1899), hermana de Domingo Faustino. Fue ella quien le brindó los primeros conocimientos cuando Eugenia vivía todavía en San Juan. 

Sarmiento y el arte.

 

Sarmiento y su faceta artística

Aunque Sarmiento obtuvo reconocimiento por sus otras facetas, lo cierto es que también fue un artista nato. Sentía admiración por la pintura, le interesaba la enseñanza artística, hacía interpretaciones de obras y le gustaba la idea de inaugurar museos. Sin embargo, el autor de “Facundo” (1845) no fue un erudito, ni un experto, ni un profesional. 

Cuando llegó a San Juan de regreso de Chile, en 1836, se vinculó a los ambientes artísticos. Durante cuatro años disfrutó del teatro y de la plástica a partir de su nombramiento como decorador del Salón de la Sociedad Dramático-Filarmónica. Con Antonino Aberastain y Benjamín Franklin Rawson experimentó desafíos en torno a discusiones sobre diferentes corrientes y escuelas de pensamiento. Poco después, la llegada del pintor francés Amadeo Gras y de Manuel Quiroga Rosas incentivaron aún más su entusiasmo por el arte. Sentía admiración por Géricault y Delacroix, y hacía especulaciones sobre el neoclasicismo y el romanticismo. 

¿Sabías que Sarmiento tenía una faceta artística?

Aunque Sarmiento obtuvo reconocimiento por sus otras facetas, lo cierto es que también fue un artista nato. A lo largo de su vida estuvo rodeado por un círculo de pintores muy reconocidos en su época. En esta nota, Billiken te cuenta por qué Sarmiento estaba interesado en el arte.

Sarmiento le gustaba dibujar. Para él, el arte resumía la más profunda de las sabidurías y creía que era el más perfecto de los actos creadores por elevar, enriquecer y distinguir a las personas por sobre las mezquindades materiales. A lo largo de toda su vida dejó plasmada su admiración por el arte y su deslumbre por los grandes artistas de su época. 

Sarmiento y su faceta artística

Aunque Sarmiento obtuvo reconocimiento por sus otras facetas, lo cierto es que también fue un artista nato. Sentía admiración por la pintura, le interesaba la enseñanza artística, hacía interpretaciones de obras y le gustaba la idea de inaugurar museos. Sin embargo, el autor de “Facundo” (1845) no fue un erudito, ni un experto, ni un profesional. 

Cuando llegó a San Juan de regreso de Chile, en 1836, se vinculó a los ambientes artísticos. Durante cuatro años disfrutó del teatro y de la plástica a partir de su nombramiento como decorador del Salón de la Sociedad Dramático-Filarmónica. Con Antonino Aberastain y Benjamín Franklin Rawson experimentó desafíos en torno a discusiones sobre diferentes corrientes y escuelas de pensamiento. Poco después, la llegada del pintor francés Amadeo Gras y de Manuel Quiroga Rosas incentivaron aún más su entusiasmo por el arte. Sentía admiración por Géricault y Delacroix, y hacía especulaciones sobre el neoclasicismo y el romanticismo. 

Antonino Aberastain

11 de Septiembre: Descargá gratis la secuencia didáctica imprimible sobre Domingo Faustino Sarmiento con actividades para Primer Ciclo

Sarmiento estaba rodeado de un gran círculo de artistas 

Sarmiento sentía especial admiración por Benjamín Franklin Rawson: no sólo lo apoyó, estimuló y dio directivas, sino también comentó su obra con un lenguaje claro, justo y acertado. Pero también mantuvo diálogos con los más importantes artistas nativos y extranjeros de su época. Hizo amistad con Gras, Rugendas, Monvoisin, Pallière (cuyo taller en Buenos Aires visitaba con Aurelia Vélez Sársfield), Manzoni, Blanes y Aguyari. Cuando este último abrió la más grande academia de Buenos Aires, Sarmiento asistió junto con su nieta Eugenia Belín. También concurrió al taller de Eduardo Sívori. Y en 1870, después de admirar a Martín Boneo, instauró una escuela de dibujo y le pidió a su amigo que la dirigiera. 

¿Por qué Sarmiento estaba interesado en el arte?

Sarmiento vislumbró en el arte una función social dentro de un proceso dinámico y siempre le interesó su base educativa. Cuando en 1887 un amigo le solicitó una fotografía suya, respondió con un óleo pintado por su nieta Eugenia Belín. Sarmiento también posó para su admirado Benjamín Franklin Rawson y para Gregorio Torres. Aurelia Vélez Sársfield, su cónyuge, fue destinataria del álbum de dibujos y bosquejos que Sarmiento fue acumulando a lo largo de su vida.

10. Frase de Sarmiento.

 "Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer".

9. Frase de Sarmiento.

 "Es la práctica de todos los tiranos apoyarse en un sentimiento natural, pero irreflexivo de los pueblos para dominarlos".

8. Frase de Sarmiento.

 "No está prohibido que un hermano del presidente sea ministro, pero la decencia lo impide".

7. Frase de Sarmiento.

 "Fui nombrado presidente de la República y no de mis amigos".

6. Frase de Sarmiento

 -"Es la educación primaria la que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos. Son las escuelas la base de la civilización".

5. Frase de Sarmiento

 -"Los discípulos son la mejor biografía del maestro".

4- Frase de Sarmiento.

 "Escribo como medio y arma de combate, que combatir es realizar el pensamiento".

3. Frase de Sarmiento

 -"Todos los problemas son problemas de educación".

2- Frase de Sarmiento.

 "Hombre, pueblo, Nación, Estado, todo: todo está en los humildes bancos de la escuela"

1. Frase de Sarmiento

 "Si no existieran dificultades, no habría éxitos".

Su último escrito.

 Palabras de despedida:  «Nacido en la pobreza, criado en la lucha por la existencia, más que mía de mi patria, endurecido a todas las fatigas, acometiendo todo lo que creí bueno, y coronada la perseverancia con el éxito, he recorrido todo lo que hay de civilizado en la tierra y toda la escala de los honores humanos, en la modesta proporción de mi país y de mi tiempo; he sido favorecido con la estimación de muchos de los grandes hombres de la Tierra; he escrito algo bueno entre mucho indiferente; y sin fortuna que nunca codicié, porque era bagaje pesado para la incesante pugna, espero una buena muerte corporal, pues la que me vendrá en política es la que yo esperé y no deseé mejor que dejar por herencia millones en mejores condiciones intelectuales, tranquilizado nuestro país, aseguradas las instituciones y surcado de vías férreas el territorio, como cubierto de vapores los ríos, para que todos participen del festín de la vida, de que yo gocé sólo a hurtadillas»

Su despedida de la política. Sarmiento.

 Una de sus últimas actuaciones públicas data de 1885. El presidente Roca prohibió a los militares emitir opiniones políticas. Sarmiento, que no podía estar sin expresar su pensamiento, decidió pedir la baja del ejército, y opinar libremente a través de las páginas de su diario El Censor.

La ley 1420

 Recién en 1884, logró la sanción de su viejo proyecto de ley de educación gratuita, laica y obligatoria, que llevará el número 1420.

El estímulo de Sarmiento a la Educación Pública.

 Durante la presidencia de Roca ejerció el cargo de Superintendente General de Escuelas del Consejo Nacional de Educación. En la época en que Sarmiento fomentaba la educación popular, el índice de analfabetos era altísimo. En el campo había muy pocas escuelas porque la mayoría de los estancieros no tenían ningún interés en que los peones y sus hijos dejaran de ser ignorantes. Cuanta menos educación tuvieran más fácil sería explotarlos.

Después de su presidencia, Sarmiento siguió en la política.

 Al finalizar su mandato en 1874, Sarmiento se retiró de la presidencia pero no de la política. En 1875 asumió el cargo de Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires y continuó ejerciendo el periodismo desde La Tribuna. Poco después fue electo senador por San Juan.

En 1879 asumió como ministro del Interior de Avellaneda, pero por diferencias políticas con el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, renunció al mes de haber asumido.

En 1873 Sarmiento sufrió un atentado

 En  agosto de 1873 Sarmiento sufrió un atentado mientras se dirigía hacía la casa de Vélez Sarsfield. Cuando transitaba por la actual esquina de Corrientes y Maipú, una explosión sacudió el coche en el que viajaba. El sanjuanino no lo escuchó porque ya padecía una profunda sordera. Los autores fueron dos anarquistas italianos, los hermanos Francisco y Pedro Guerri, que confesaron haber sido contratados por hombres de López Jordán. El atentado falló porque a Francisco Guerri se le reventó el trabuco en la mano. Sarmiento salió ileso del atentado y se enteró porque se lo contaron después.

100000 niños cursaban la escuela primaria, cuando Sarmiento terminó su presidencia.

 Entre las múltiples obras de Sarmiento hay que mencionar la organización de la contaduría nacional y el Boletín Oficial que permitieron a la población en general, conocer las cuentas oficiales y los actos de gobierno. Creó el primer servicio de tranvías a caballo, diseñó los Jardines Zoológico y Botánico. Al terminar su presidencia 100.000 niños cursaban la escuela primaria.

Al finalizar su mandato apoyó la candidatura del tucumano Nicolás Avellaneda.

El primer censo nacional. 1869

 En 1869 se concretó el primer censo nacional. Los argentinos por entonces superaban el millón ochocientos mil habitantes, de los cuales el 31% habitaba en la provincia de Buenos Aires y el 71% era analfabeto. Según el censo, el 5% eran indígenas y el 8% europeos. El 75% de las familias vivía en la pobreza, en ranchos de barro y paja. Los profesionales sólo representaban el 1% de la población. La población era escasa, estaba mal educada y, como la riqueza, estaba mal distribuida. Sarmiento fomentó la llegada al país de inmigrantes ingleses y de la Europa del Norte y desalentó la de los de la Europa del Sur. Pensaba que la llegada de sajones fomentaría en el país el desarrollo industrial y la cultura. En realidad los sajones preferían emigrar hacia los EE.UU. donde había puestos de trabajo en las industrias. La argentina de entonces era un país rural que sólo podía convocar, lógicamente a campesinos sin tierras. Y, para tristeza de Sarmiento, la mayoría de los inmigrantes, muchos de nuestros abuelos, serán campesinos italianos, españoles, rusos y franceses.

Sarmiento y la extensión de las líneas férreas.

 Sarmiento había aprendido en los EE.UU. la importancia de las comunicaciones en un país extenso como el nuestro. Durante su gobierno se tendieron 5.000 kilómetros de cables telegráficos y en 1874, poco antes de dejar la presidencia pudo inaugurar la primera línea telegráfica con Europa. Modernizó el correo y se preocupó particularmente por la extensión de las líneas férreas. Pensaba que, como en los EE.UU., el tren debía ser el principal impulsor del mercado interno, uniendo a las distintas regiones entre sí y fomentando el comercio nacional. Pero éstos no eran los planes de las compañías británicas inglesas, cuyo único interés era traer los productos del interior al puerto de Buenos Aires para poder exportarlos a Londres. En lugar de un modelo ferroviario en forma de telaraña, o sea interconectado, se construyó uno en forma de abanico, sin conexiones entre las regiones y dirigido al puerto. Este es un claro ejemplo de las limitaciones que tenían los gobernantes argentinos frente a las imposiciones del capital inglés. La red ferroviaria pasó de 573 kilómetros a 1331 al final de su presidencia.

Fundó 800 escuelas.

 Durante su presidencia siguió impulsando la educación fundando en todo el país unas 800 escuelas y los institutos militares: Liceo Naval y Colegio Militar.

La muerte de Dominguito

 Cuando Sarmiento asumió la presidencia todavía se combatía en el Paraguay. La guerra iba a llevarse la vida de su querido hijo Dominguito. Sarmiento ya no volvería a ser el mismo. Un profundo dolor lo acompañaría hasta su muerte.

Sarmiento presidente de los argentinos.

 Mientras Sarmiento seguía en los Estados Unidos, se aproximaban las elecciones y un grupo de políticos lo postuló para la candidatura presidencial. Los comicios se realizaron en abril de 1868 y el 16 de agosto, mientras estaba de viaje hacia Buenos Aires, el Congreso lo consagró presidente de los argentinos. Asumió el 12 de octubre de ese año.

En 1864 viajó a los EE.UU

 A pedido del presidente Mitre, en 1864 viajó a los EE.UU. como ministro plenipotenciario de la Argentina. De paso por Perú, donde se hallaba reunido el Congreso Americano, condenó el ataque español contra ese país  a pesar de las advertencias de Mitre para que no lo hiciera.

Sarmiento llegó a Nueva York en mayo de 1865. Acababa de asumir la presidencia Andrew Johnson en reemplazo de Abraham Lincoln, asesinado por un fanático racista. Sarmiento quedó muy impresionado y escribió Vida de Lincoln. Frecuentó los círculos académicos norteamericanos y fue distinguido con los doctorados «Honoris Causa» de las Universidades de Michigan y Brown.

1864. Renuncia de Sarmiento

 En 1863 se produjo en la zona el levantamiento del Chacho Peñaloza y Sarmiento decretó el estado de sitio y como coronel que era, asumió personalmente la guerra contra el caudillo riojano hasta derrotarlo. El ministro del interior de Mitre, Guillermo Rawson, criticó la actitud de Sarmiento de decretar el estado de sitio por considerar que era una decisión exclusiva del poder ejecutivo nacional. Sarmiento, según su estilo, renunció. Corría el año 1864.

Sarmiento y su accionar como gobernador

 En sólo dos años Sarmiento cambió la fisonomía de su provincia. Abrió caminos, ensanchó calles, construyó nuevos edificios públicos, hospitales, fomentó la agricultura y apoyó la fundación de empresas mineras. Y como para no aburrirse, volvió a editar el diario El Zonda.

Sarmiento gobernador de San Juan.

 En 1862 el general Mitre asumió la presidencia y se propuso unificar al país. En estas circunstancias asumió Sarmiento la gobernación de San Juan. A poco de asumir dictó una Ley Orgánica de Educación Pública que imponía la enseñanza primaria obligatoria y creaba escuelas para los diferentes niveles de educación, entre ellas una con capacidad para mil alumnos, el Colegio Preparatorio, más tarde llamado Colegio Nacional de San Juan, y la Escuela de Señoritas, destinada a la formación de maestras.

La relación entre Sarmiento y Alberdi

 Mantuvo fuertes polémicas con políticos y escritores de su tiempo, como Juan Bautista Alberdi, con quien no coincidía en apoyar a Urquiza. Esta polémica se expresó a través de sus libros. Alberdi escribió Complicidad de la prensa en las guerras civiles de la República Argentina yCartas Quillotanas y Sarmiento le respondió con Las ciento y una y Época preconstitucional y Comentarios a la Constitución de la Nación Argentina.

Su libro Argirópolis

 En su libro Argirópolis (1850) dedicado a Urquiza, expresó un proyecto para crear una confederación en la cuenca del Plata, compuesta por las actuales Argentina, Uruguay y Paraguay, cuya capital estaría en la Isla Martín García. El modelo de organización era la Constitución norteamericana y proponía fomentar la inmigración, la agricultura y la inversión de capitales extranjeros

Libro de Sarmiento: Viajes

 Sarmiento desde Chile alternó su actividad periodística con la literaria y educativa. En su libro Viajes (1849) se reflejan mucho más que las impresiones de un viajero atento y observador; allí se ocupó de lo que lo maravilla de los países que visita y que quisiera ver en su tierra. Pone el acento en el progreso industrial, el avance de las comunicaciones y de la educación.

La obra literaria de Sarmiento.

 La obra literaria de Sarmiento estuvo marcada por su actuación política desde que escribió en 1845: «¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! (…) Facundo no ha muerto ¡Vive aún! ; está vivo en las tradiciones populares, en la política y las revoluciones argentinas; en Rosas, su heredero, su complemento. (…) Facundo, provinciano, bárbaro, valiente, audaz, fue reemplazado por Rosas, hijo de la culta Buenos Aires, sin serlo él, (…) tirano sin rival hoy en la tierra». Estos párrafos del Facundo nos muestran el estilo de Sarmiento. Facundo, a quien odia y admira a la vez, es la excusa para hablar del gaucho, del caudillo, del desierto interminable, en fin, de la Argentina de entonces, de todos los elementos que representan para él el atraso y con los que hay que terminar por las buenas o las malas.

Sarmiento y su enfrentamiento con Rosas.

 De regreso a Chile, incrementó su actividad periodística contra Rosas, lo que motivó que el gobernador de Buenos Aires solicitara dos veces la extradición de Sarmiento para juzgarlo por calumnias, cosa a la que el gobierno chileno se negó.

Sarmiento en Chile

 En Chile, Sarmiento pudo iniciar una etapa más tranquila en su vida. Se casó con Benita, viuda de Don Castro y Calvo, adoptó a su hijo Dominguito y publicó su obra más importante: Facundo, Civilización y Barbarie. Eligió el periodismo como trinchera para luchar contra Rosas. Fundó dos nuevos periódicos: La Tribuna y La Crónica, desde los que atacó duramente a Don Juan Manuel.

Entre 1845 y 1847, por encargo del gobierno chileno, visitó Uruguay, Brasil, Francia, España, Argelia, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, EEUU, Canadá y Cuba. En cada uno de estos países, se interesó por el sistema educativo, el nivel de la enseñanza y las comunicaciones. Todas estas impresiones las volcó en su libro Viajes por Europa, África y América. A fines de 1845 conoció en Montevideo a Esteban Echeverría, uno de los fundadores de la generación del ’37 y como él, opositor a Rosas y exiliado. Estando en Francia, en 1846, tuvo un raro privilegio: conocer personalmente al general San Martín en su casa de Grand Bourg y mantener una larga entrevista con el libertador.

El Zonda

 En 1836, pudo regresar a San Juan y fundar su primer periódico, El Zonda. Pero al gobierno sanjuanino no le cayeron nada bien las críticas de Sarmiento y decidió, como una forma de censurarlo, aplicarle al diario un impuesto exorbitante que nadie podía pagar y que provocó el cierre de la publicación en 1840. Volvió a Chile y comenzó a tener éxito como periodista y como consejero educativo de los sucesivos gobiernos.

«¿Que es pues un periódico? Una mezquina hoja de papel, llena de retazos, obra sin capítulos, sin prólogo, atestada de bagatelas del momento. Se vende una casa. Se compra un criado. Se ha perdido un perro, y otras mil frioleras, que al día siguiente a nadie interesan. ¿Qué es un periódico? Examinadlo mejor. ¿Qué más contiene? Noticias de países desconocidos, lejanos, cuyos sucesos no pueden interesarnos. (…) Trozos de literatura, retazos de novelas. Decretos de gobierno. (…) Un periódico es el hombre. El ciudadano, la civilización, el cielo, la tierra, lo pasado, lo presente, los crímenes, las grandes acciones, la buena o la mala administración, las necesidades del individuo, la misión del gobierno, la historia contemporánea, la historia de todos los tiempos, el siglo presente, la humanidad en general, la medida de la civilización de un pueblo.» D. F. Sarmiento, El Zonda Nº 4.

1827...

 En 1827, se produjo un hecho que marcará su vida: la invasión a San Juan de los montoneros de Facundo Quiroga.

Decidió oponerse a Quiroga incorporándose al ejército unitario del General Paz. Con el grado de teniente, participó en varias batallas. Pero Facundo parecía por entonces imparable: tomó San Juan y Sarmiento decidió, en 1831, exiliarse en Chile. Se empleó como maestro en una escuela de la localidad de Los Andes. Sus ideas innovadoras provocaron la preocupación del gobernador. Molesto, se mudó a Pocura y fundó su propia escuela. Allí se enamoró de una alumna con quien tendrá su primera hija, Ana Faustina.

Regreso a San Juan, Sarmiento joven.

 Poco después, regresó a San Juan y comenzó a trabajar en la tienda de su tía. «La Historia de Grecia la estudié de memoria, y la de Roma enseguida…; y esto mientras vendía yerba y azúcar, y ponía mala cara a los que me venían a sacar de aquel mundo que yo había descubierto para vivir en él. Por las mañanas, después de barrida la tienda, yo estaba leyendo, y una señora pasaba para la Iglesia y volvía de ella, y sus ojos tropezaban siempre, día a día, mes a mes, con este niño inmóvil insensible a toda perturbación, sus ojos fijos sobre un libro, por lo que, meneando la cabeza, decía en su casa: ‘¡Este mocito no debe ser bueno! ¡Si fueran buenos los libros no los leería con tanto ahínco!’»

Luego de la Primaria, Domingo...

 Cuando terminó la primaria, su madre, Doña Paula Albarracín, quiso que estudiara para sacerdote en Córdoba, pero Domingo se negó y tramitó una beca para estudiar en Buenos Aires. No la consiguió y tuvo que quedarse en San Juan donde fue testigo de las guerras civiles que asolaban la provincia. Marchó al exilio en San Francisco del Monte, San Luis, junto a su tío, José de Oro. Allí fundaron una escuela que sería el primer contacto de Sarmiento con la educación.

DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO.

 El 15 de febrero de 1811 nació en el Carrascal, uno de los barrios más pobres de la ciudad de San Juan, Domingo Faustino Sarmiento. Los primeros «maestros» de Domingo fueron su padre José Clemente Sarmiento y su tío José Manuel Eufrasio Quiroga Sarmiento, quienes le enseñaron a leer a los cuatro años. En 1816, ingresó a una de las llamadas «Escuelas de la Patria», fundadas por los gobiernos de la Revolución, donde tuvo como educadores a los hermanos Ignacio y José Rodríguez, éstos sí maestros profesionales.

De la vida